LA FAMA
Al buscar en el Diccionario de Pierre Grimal, la palabra Fama,se encuentra el siguiente comentario: ¨CuentaVirgilio que Fama, es decir ¨la voz pública¨, fue engendrada por la tierra después de Ceo y Encélado. Está dotada de numerosos ojos y bocas, y viaja volando con grandísima rapidez ¨. A continuación, el latinista francés señala que Ovidio adopta la figura virgiliana y que Horacio la menciona en las Odas. Este brevísimo comentario de Grimal da la tónica de la dificultad de la tarea emprendida, porque no existen antecedentes en la literatura griega y romana de la figura de la Fama así como la presenta el autor de la Eneida .
Lo humano y lo divino:
Según Otis,en el pasaje de la Fama ¨lo local se vuelve ecuménico, lo humano toca lo divino y lo divino toca lo humano¨. Se magnifica y exalta un evento pequeño hasta convertirlo en sinónimo del destino mismo. La figura de la Fama es perfectamente adecuada para marcar la transición de lo privado a lo público y de la esfera de acción humana a la divina. La Fama es el rumor, una ¨hipóstasis transparente¨ que carece de personalidad en cualquier sentido y al mismo tiempo es una fuerza demoníaca que eleva lo humano a nivel sobrehumano. Su descripción -múltiples plumas, ojos, lenguas, bocas, oídos- como también su nocturnidad, rápido vuelo, actividad insomne y vigilancia diurna sobre techos y torres, muestra su capacidad receptiva y su potencia kinésica. La personificación de la Fama en un monstruo horrendo representa el demoníaco poder y el rumor. ¨La terrible publicidad del pecado privado cuando éste desafía a la sociedad y a sus costumbres¨, añade Otis. de la publicidad
La Fama, término que puede entenderse como voz pública, aparece como un monstruo en los versos 173-97 de la Eneida. Estos 25 versos se inician con el enunciado que postula a la Fama como un mal, muy veloz cual ningún otro: Fama, malum quo non aliud velocius ullum (vs.173-4). A estos versos le suceden otros 23 que constituyen la demostración de lo dicho. Y el discurso se cierra con dos versos que constatan la afirmación inicial al mostrar la reacción de Yarbas y advertir la repercusión de su accionar en el resto de la obra: Protinus ad regem cursus detorquet Iarban, / Incenditque animum dictis atque aggerat iras. vs.196- 7).
Definida la tesis inicial, el resto del discurso puede analizarse escindido en dos partes: La primera está comprendida por los vs.175-89, anticipada en 174. En este verso, al lexema mal, connotado negativamente, se le agrega, como atributo, la velocidad. Este rasgo imprime un sello significativo a su naturaleza maléfica. Precisamente esta capacidad de movimiento la muestra sumamente apta para atravesar raudamente cielo y tierra de Libia,(vs. 175-89).
La naturaleza de la Fama:
Atendiendo a su naturaleza, la Fama se manifiesta con tres rasgos significativos: es una fuerza dinámica, de origen divino y con aspecto monstruoso.
a) Su fuerza dinámica: Como fuerza dinámica se presenta en la siguiente descripción:"... cobra vigor con la movilidad y adquiere fuerzas nuevas mientras anda. Es primero pequeña y medrosa; luego se alza hasta los cielos; anda por el suelo y esconde su cabeza entre las nubes", (175-7). Su potencia expansiva en la tierra y el cielo libios se hace sentir como una acción acabada tras el uso verbal del pretérito perfecto simple.
c) Su origen divino: Como ente divino, es hija sólo de madre, la Tierra, diosa que se caracteriza por mantener una tensa relación con los demás dioses -según se explicita en ira inritata deorum (v.178). La Tierra es Gea, concebida como el elemento primordial del que surgieron las razas divinas. Según Hesíodo, Gea nació en segundo lugar, después de Caos e inmediatamente antes de Eros. Sin intervención de lo masculino engendró al Cielo (Urano) que la recubre, a las Montañas y al Ponto, personificación masculina del elemento marino. Después del nacimiento del Cielo, Gea se unió a él, por eso sus hijos no fueron ya simples potencias elementales sino dioses propiamente dichos. Primero hubo seis Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Crono, y seis Titánides: Tía, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, divinidades femeninas.
En cuanto a los hermanos de Fama, Encélado y Ceo, son tan feroces como ella: Encélado es el titán hijo de Tártaro y Gea, el más célebre de los que se rebelaron contra Júpiter. En su fuga fue herido por el rayo y enterrado por Júpiter debajo del Etna, cuyas erupciones representaban las sacudidas y el aliento del gigante. Según otra tradición, fue Atenea la que le dio muerte, persiguiéndolo hasta Sicilia, donde lo inmovilizó, arrojándole encima toda la Isla. Y Ceo es el gigante hijo de Urano (Cielo) y Gea (Tierra) que, al unirse a su propia hermana Febe, engendró a Leto, madre de Apolo y Artemis.
c) Su aspecto monstruoso: Como potencia monstruosa, imágenes la describen ágil de alas y pies, horrenda y gigantesca, cubierta de plumas, con múltiples ojos, orejas, bocas y lenguas. Este alarde de imaginería pone en evidencia, primero, su capacidad receptora, tanto visual como auditiva, y, segundo, su facultad para la transmisión oral de la información (vs.180-88). Se anticipa aquí su función social de mensajera que se explicita más adelante.
La Fama y su función social:
En la segunda parte, vs. 189-97, el uso del pretérito imperfecto de los dos primeros versos muestra el proceso de divulgación de la información, referida a la pareja formada por Eneas, el troyano, y la hermosa Dido. Es un mensaje axiológicamente connotado, pues descubre la opinión que se transmite sobre la unión de aquéllos: Regnorum immemores turpique cupidine captos, (v.194). Se denuncia un himeneo inter se luxu (v.193). La información de lo ya consumado, que se sintetiza en el v. 195, da lugar al inicio de otra consideración. Este discurso describe la naturaleza de la Fama y muestra su repercusión en la sociedad. Como agente individual, ella se asemeja a los monstruos ctónicos, preolímpicos y de naturaleza titánica, que promueven el caos. Como agente social, se asemeja al mensajero divino, que promueve la restauración el orden.
La Fama, especie de Gorgona, podría simbolizar la aberrante relación de Eneas y Dido. Aquel monstruo alado, veloz y de múltiples bocas que extiende por Libia la relación amorosa de aquéllos, pone en peligro no sólo la situación social de la reina -que pierde su condición de univira- sino, y sobre todo, la del héroe que, si permaneciera con aquélla, interrumpiría una misión de carácter social. Por esto se sostiene que la naturaleza monstruosa de la Fama simboliza la sanción social de aquella relación amorosa y augura un trágico desenlace a partir de la intervención de Yarbas.
Efectos de la acción de Fama:
a) En Yarbas: El acto locutorio de la horrenda diosa se hace sentir de inmediato en un receptor como Yarbas, debido a su compromiso afectivo con Dido. Motivado por la Fama, el ánimo de aquél se enardece y se acrecienta su ira, Incenditque animum dictis atque aggerat iras, v. 197. Éste, continuando con el hilo conductor de nuestro análisis , representa a un agente obstaculizador de la relación amorosa de Dido y Eneas. Lo monstruoso de la Fama devela también la aberración de las pasiones, tanto las de la pareja señalada, como la de Yarbas.
b) En Eneas: La intervención de la Fama en el desarrollo de la obra es el preludio de la llegada de Mercurio que pone en movimiento al héroe de Eneida. De aquí que la cueva, refugio de los amantes, no es más que una momentánea parada en la marcha del viajero que continúa su ruta por el camino hacia su heroicidad, instancia similar a la de Odiseo en la isla de la divina Calipso o en la cueva del Cíclope que "Nadie"puede vencer-.
C) En Dido: La monstruosidad de los efectos de Afrodita se diluye, entonces, cuando el designio de Júpiter sirve de guía a la misión social del protagonista de la epopeya virgiliana. La cueva, que cobija a la pareja, no sirve de obstáculo al viaje civilizador de Eneas, ya que el amor furtivo se presenta con culpas por parte de la reina, culpa que pagará con su vida, como se anticipara en versos previos a la aparición de la Fama, cuando se sostiene que aquel día fue la causa primera de su muerte y de sus males:
Ille dies primus leti primusque malorum / causa fuit, 169-170-.
La Fama también transmitirá a la apasionada reina la noticia que la impulsará a la muerte: ¨Las naves se arman a zarpar ya próximas...¨ (IV, 423).
Otras menciones de Fama en la Eneida: A través de la lectura de la obra se han encontrado otros pasajes en los cuales Virgilio se refiere a la Fama en diversas circunstancias:
1.- Es la Fama la que previene a Dido de la inminente partida de Eneas: ¨La misma Fama impía a sus oídos /a exacerbarla llega, murmurando: /Las naves se arman a zarpar ya próximas...¨ (IV, 423).
2.- ¨Gira la Fama en la ciudad convulsa, cual bacante;¨ ante la terrible noticia del suicidio de la reina Dido. Los efectos en la población son terribles: ¨Cual si Cartago, presa del invasor, viese las llamas / devorando sus casas y sus templos¨. (IV. 973)
3.- Cuando el rey Latino recibe el ¨paterno oráculo¨ de que no debe entregar a su hija en matrimonio a Turno, sino esperar que ¨venga de fuera¨ el futuro yerno ¨...Ya la Fama lo tenía esparcido voladora por toda Ausonia...¨ (VII, 147 ss).
4.- La reina Amata, ¨envenenada¨ por Alecto, se siente presa del delirio báquico y contagia a las otras mujeres: ¨Vuela la Fama, / y una furia común a las matronas / invade y las concita a torpe fuga...¨ (VII, 569 ss). La imagen de madres de familia que abandonan sus hogares, para entregarse a fantásticas danzas nocturnas en lo profundo del bosque vestidas con pieles de aniales, sacude fuertemente la sensibilidad el lector.
5.- Cuando el rey Evandro decide apoyar a los troyanos envía doscientos hombres por su cuenta, y a su hijo Palas quien aporta otros doscientos guerreros, entonces ¨En un instante, en alas de la Fama / la pequeña ciudad capta la nueva / de que hacia Etruria los jinetes salen. / Redoblan ante el riesgo sus plegarias / las madres pavoridas, y a sus ojos / se agiganta el fantasma de la guerra ¨. ( VIII, 785 ss) .
6.- La Fama es también la mensajera de la infausta noticia de la muerte de Niso y Euríalo a manos del escuadrón de Volcente: ¨La Fama en tanto voladora siembra / la horrible nueva en la medrosa plaza, y hace que se deslice a los oídos de la madre de Euríalo. La triste / al punto siente helársele los huesos ; / suelta el huso, se enredan las madejas, y a la calle se lanza enloquecida, / con alarido femenil...¨ (IX, 641 ss).
7.- Nuevamente la Fama es portadora de una horrible noticia. Quien la recibe es Evandro, y se trata de la muerte de Palas: ¨Más ya la Fama, que antes pregonaba / las victorias de Palas en el Lacio, / volando llega con fatal noticia / a Evandro y por doquier veloz se esparce ¨ (XI, 201 ss).
8.- Otra muerte, en este caso el suicidio de la reina Amata ante el incontenible avance de los troyanos, es transmitida por la Fama: ¨...de dolor enloquecen las mujeres, / el palacio resuena con sus llantos, / por toda la ciudad vuela la Fama. ¨ (XII, 896 ss).
En general la Fama continúa exhibiendo los atributos del pasaje del Libro IV: Es veloz, difunde sus noticias a todas partes, transmite novedades terribles, (la partida del amado, la muerte del hijo, el suicidio de una reina, el oráculo que será origen de una guerra, el comienzo de las batallas, etc.) y sus efectos son inmediatos y devastadores.
La originalidad de Virgilio:
En el ejercicio de su imaginación Virgilio aumenta la galería de monstruos mitológicos dotando de imagen a una entidad tan impresionante como Fama, conocida hasta entonces por sus efectos y, a partir de la Eneida, también por su figura. El pasaje de Fama (IV, 173-197) es notable no sólo por su aspecto pintoresco, sino también por su función en la ¨economía narrativa¨ del poema. La descripción y el relato iterativo de la actividad del monstruo transmiten al lector la sensación de su potencia tanto receptora como dinámica con proyección social. La Fama, que en el discurso se presenta como un mal, resulta ser tal porque pregona males de otros más que por su naturaleza maléfica. Se devela así la ambigüedad de esta figura, pregonera tanto de cosas falsas y malas como mensajera de verdades, Tam ficti pravique tenax quam nuntia veri (v. 188). Con esto, se afirma que la Fama es una novedosa creación alegórica que, con sus numerosas bocas, pregona la intención del enunciador de la Eneida