LA ENEIDA
Para R. D. Williams, la Eneida constituye ¨un poema patriótico que es también un mito del individuo en la sociedad, de la conducta del hombre en un mundo divinamente ordenado de humana experiencia y sobrenatural visión¨. Desde la antigüedad, los estudiosos de la obra fueron conscientes de que Virgilio se había propuesto un objetivo triple:
a) utilizar el material de los dos poemas homéricos en una imitación compleja;
b) glorificar la historia de Roma a través de los orígenes de la ciudad;
c) exaltar la figura de Augusto.
La estructura de la Eneida:
En un pasaje bien conocido Otis afirma:
Virgilio captó desde el comienzo el papel de VI como pivote, la idea de una Ilíada y una Odisea combinadas (con dos proemios), la noción de una sección central augústea rodeada por libros de acción ilíadicos y odiseicos ( II, IV, X, XII), la disposición de los libros en dos esquemas contrapuntísticos y la distribución general del contenido entre los libros pares y los impares (temas mayores en los pares; temas menores en los impares).
Según estas aseveraciones, Virgilio tuvo como modelo a Homero para el planteamiento de una acción dividida en dos mitades una odiseica y otra illíadica, concibió asimismo una división de la totalidad en doce libros lo que convirtió cada libro individual en una unidad artística, y no dejó de seguir esquemas alejandrinos y neotéricos, similares a los que había incluido en las Bucólicas y Geórgicas, al promover la parte central del poema a un lugar privilegiado y al buscar correspondencias entre los libros de una y otra parte, o contrastes entre los libros pares e impares.
En la primera mitad de la Eneida, la llamada ¨parte odiseica¨, la acción principal está constituida por el viaje de Eneas y sus compañeros desde Troya hasta el Lacio. El Libro II se ocupa de la causa de dicho viaje, la destrucción de Troya. El III trata del primer tramo hasta Sicilia, el más largo en tiempo el y el más pobre en acontecimientos. El IV describe la estancia de Eneas en Cartago, su enamoramiento de Dido y la tentación, difícilmente vencida, de olvidarse de su misión . El V se ocupa de los juegos en honor a Anquises, celebrados en Sicilia. El VI se presenta el descenso a los infiernos. La Sibilia y Anquises le transmiten a Eneas información acerca del futuro: los enemigos que deberá enfrentar y el glorioso porvenir de Roma.
La acción de la segunda parte ha sido llamada ¨La Iliada itálica¨ . Alcanza desde la llegada de Eneas al Lacio hasta el asentamiento definitivo de los troyanos. Virgilio la distribuyó en seis libros, a saber: Libro VII, desde el desembarco hasta el estallido de la guerra. Libro VIII, partida de Eneas en busca de Aliados. Libro IX, el asalto al campamento troyano en ausencia de Eneas. Posteriormente, en el X, se presenta el primer gran combate. El Libro XI se ocupa de la tregua y de los combates de caballería. Y en el XII, aparece la batalla decisiva y el duelo final. El diseño de la segunda parte del poema expone, con más elocuencia que ningún otro tramo, lo que puede llamarse ¨la originalidad virgiliana¨:
1) frente a Homero, introduce nuevo material itálico;
2) frente a la tradición itálica, su análisis previo de la estructura del poema homérico determina importantes cambios;
3) su método artístico, claridad, concentración, simplicidad -cualidades derivadas de su estética clasicista- termina por reorganizar un material no homérico siguiendo líneas de acción que recuerdan a la Ilíada, pero con criterios artísticos muy distantes ya de los homéricos.
El tiempo en la Eneida:
En el aspecto puramente técnico, el orden de acontecimientos en la Eneida resulta verdaderamente complicado. Propiamente hablando, la acción del poema transcurre en apenas un año, el tiempo que va desde la tormenta de Sicilia al asentamiento y posterior victoria de los troyanos en el Lacio. Pero esta medida se amplía considerablemente hacia atrás y hacia adelante. Hacia atrás, porque se nos ofrecen los acontecimientos anteriores a la tormenta con que empieza el libro - siete años de viajes en busca de una nueva patria contados a partir de la destrucción de Troya - . Hacia adelante, porque se alude en diversas ocasiones a la fundación de Roma, a la duración eterna de su Imperio y a diversos acontecimientos de la historia romana que culminarán en la batalla de Accio ( 31 a.C.). Es así como las diferentes temporalidades de la trama y del sujeto determinan una técnica narrativa llena de anacronías con un uso constante de informaciones retrospectivas y prospectivas
La voz pública y la voz privada:
Varios autores distinguen en Virgilio estas dos ¨voces¨: por un lado, en el entramado del poema, el estilo de vida romano fundado por Eneas y continuado por sus descendientes hasta la época de Augusto, querido por los dioses y en acuerdo con su propio destino. ¨Es el tema romano el que sostiene la Eneida¨, afirma Williams de manera tajante. Esta es la voz pública, muchas veces alabada y otras denigrada, que indudablemente es una parte del poema. Son evidentes los pasajes en los cuales los ideales nacionales de Roma aparecen como una expresión sincera de pleno corazón. La antorcha de los ideales patrióticos, acordes con el favor divino, corre a través de todo el poema; a veces se oscurece, pero nunca desaparece. La voz pública se encuentra en la tradición de Ennio, presentando la épica nacional de un pueblo viril en términos severos, con un duro tono moral, un llamado imperial y una energía tal como resalta en los primeros libros de Tito Livio
Por otro lado, otros aspectos de la experiencia, más privados, se encuentran en tensión con los anteriores. La voz privada de Virgilio, a menudo en oposición con la voz pública que proclama el destino romano, es más fácilmente identificable. Es la tradición de los alejandrinos y de Catulo, preocupada por los individuos y sus problemas, sensible, exhibiendo una cierta ¨molicie¨. Williams recalca que en los últimos años los lectores de la Eneida han concordado en la apreciación del pathos virgiliano: esto es lo que Sainte-Beuve llamó ¨humanidad, sensibilidad, profunda ternura¨ y Mathew Arnold, ¨la constante búsqueda de su insatisfecho corazón¨. No se imita frecuentemente a Catulo en la Eneida, pero cuando se lo hace se trata de pasajes importantes y memorables como los símiles de las flores en la muerte de Euríalo (IX, 435 ss) y el funeral de Palas (XI, 68 ss.) o las tristes últimas palabras de Eneas, Salve aeternum mihi maxime Palla aeternumque vale (XI, 97-98) En el único lugar de la Eneida donde Virgilio usa un adjetivo diminutivo nos transporta abruptamente del grandioso estilo de la gran épica a la íntima atmósfera familiar de Catulo, cuando Dido suplica a Eneas: Si quis mihi parvulus aula / luderet Aeneas (IV, 328-329) ¨Lo que Dido ama es el hijo que no ha tenido, pasión conmovedora y muy humana¨, señala agudamente Guillemin.
La Eneida es ¨la epopeya del destino¨ pues, antes que los personajes humanos, el destino desempeña el papel principal en ella. También es un poema simbólico porque, bajo las realidades visibles de su superficie, se disimula una realidad más preciosa aún. Además, es la epopeya de Roma porque propone su gloria. Y la victoria, la que obtiene Venus sobre Juno, es, en realidad, su verdadero desenlace.
Por la noche
vuela entre cielo y tierra en las tinieblas,
zumbando y sin ceder al dulce sueño;
de día, está en los techos, en las torres,
a la mira, aterrando las ciudades.
Tanto es su empeño en la mentira infanda como en lo que es verdad. Gozaba entonces regando por los pueblos mil noticias,ciertas las unas, calumniosas otras: